La gran guerra fue larga y dura. Se pasó hambre y la gente aprendió a comer lo que fuera digerible y a arreglarlo lo mejor posible. Es el caso de esta receta recopilada por la empleada de una europea que aprendió en esos días negros.
La receta se llama "Sopa de desperdicios", y es un nombre gráfico, pero convengamos que es poco atractivo, ¿no? pero no importa el nombre, lo que vale es la idea.....
Se van juntando con tiempo TODO tipo de cosas tales como restos de verduras, hojas de afuera de las lechugas, las hojas de las betarragas (¿porqué las hacemos cortar, digo yo?), hojas del apio, tallos de acelga, pan duro.......¡inventa tú también! y lo vas congelando.
Cuando se tiene en cantidad suficiente, se cocina todo con agua en cantidad proporcionada, con aliños a gusto para luego triturarla en la juguera y espesarla con un poco de migas, o papa rallada muy fina, harina, o el espesante que quieras. Si puedes, le agregas un poco de crema.
5 comentarios:
Nunca sabemos cuándo vamos a necesitar estas ideas. Buena iniciativa.
En cuanto al nombre de la sopa, yo le pondría "sopa de casa". Así se siente más calor de hogar.
Saludos.
El nombre es terrible, pero lo dejé tal cual porque ilustra muy bien la idea que persigo.
Besos, Gaby, gracias por unirte al blog de los pocos recuperables.
Qué creativa y práctica eres, Ale...
me parece estupenda tu idea,
te visitaré también aquí, e intentaré aprotar alguna pequeña idea..
Un abrazo
¡Gracias, Marilú! los españoles son muy ingeniosos. Te la cobraré.
Muy buena idea.
Seguro que sirve de ayuda.
Besos.
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